Los golpes por choques en el transporte, las heridas como consecuencia de acciones violentas o algunos tumores, las caídas, entre otras causas, pueden producir lesiones en la médula espinal que provocan una parálisis parcial. Las personas afectadas pueden conservar alguna capacidad para mover las piernas, aunque sea limitada.
En Suiza, un grupo liderado por investigadores de Escuela Politécnica Federal de Lausana (conocido por su sigla en francés EPFL), el Hospital Universitario de Lausana, y otras instituciones, descubrieron que una región del cerebro, el hipotálamo lateral, desempeña un papel clave en la recuperación de la marcha en personas con lesiones medulares parciales.
El hallazgo, que fue publicado en la revista Nature Medicine, se hizo a partir de la investigación básica y preclínica. Posteriormente, se llevó a cabo un ensayo clínico con solo dos pacientes que tenían lesiones medulares parciales.
Les aplicaron el procedimiento conocido como estimulación cerebral profunda (DBS) en el hipotálamo lateral y se consiguió que ambos pacientes pudieran caminar sin asistencia y, en uno de los casos, subir escaleras.
El hipotálamo lateral ha sido tradicionalmente asociado con funciones como el despertar y la regulación del hambre, pero no con el control del movimiento. A partir del nuevo estudio, hay evidencia de que también puede asociarse con el control del movimiento de las piernas.
Qué es la estimulación cerebral profunda
La estimulación cerebral profunda es un procedimiento quirúrgico en el que se implantan electrodos en áreas específicas del cerebro. Estos electrodos envían impulsos eléctricos para regular la actividad neuronal en regiones del cerebro implicadas en funciones motoras y otros procesos.
El objetivo del procedimiento es modular o modificar la actividad cerebral para aliviar los síntomas de diversas enfermedades neurológicas, particularmente aquellas relacionadas con trastornos del movimiento, según los Institutos Nacionales de la Salud de los Estados Unidos.
La estimulación cerebral profunda (DBS) ha sido aplicada en el tratamiento de otros trastornos neurológicos. Por ejemplo, se indica en algunos casos de personas con enfermedad de Parkinson para aliviar síntomas, en casos de temblor esencial, entre otras afecciones.
Cómo se usó la estimulación en parálisis parcial
Con la dirección de los profesores Grégoire Courtine y Jocelyne Bloch, el grupo de investigadores utilizó técnicas de imagen en 3D para cartografiar la actividad cerebral de ratones con lesiones medulares e identificar qué regiones cerebrales intervienen en la marcha durante la recuperación.
De esa manera, primero identificaron un grupo de neuronas en el hipotálamo lateral, la región típicamente responsable de la excitación, la alimentación y la motivación. Así detectaron que esa zona desempeñaba un rol importante en la recuperación de la marcha.
Luego aplicaron la estimulación cerebral profunda en el hipotálamo lateral en ratas y ratones con diversos tipos de lesiones medulares y observaron mejoras inmediatas en la capacidad de caminar.
Jordan Squair, autor principal del estudio, afirmó: “Fue la investigación fundamental, mediante la creación de mapas detallados del cerebro, la que nos permitió identificar el hipotálamo lateral en la recuperación de la marcha. Sin este trabajo fundamental, no habríamos descubierto el inesperado papel que juega esta región en la recuperación de la marcha”.
A partir de esos resultados, siguieron con el ensayo clínico en dos participantes. Implantaron electrodos en el hipotálamo lateral. Se aplicó la estimulación cerebral profunda mientras los pacientes estaban despiertos.
Ese enfoque permitió obtener retroalimentación inmediata sobre la efectividad de la estimulación, como lo relató la paciente que experimentó la sensación de que “sus piernas” comenzaban a responder ante la estimulación.
Bloch, que es neurocirujana, contó: “Cuando aumentamos la estimulación, la paciente dijo: ‘Siento la urgencia de caminar’. Esta retroalimentación en tiempo real confirmó que habíamos dirigido la estimulación a la región correcta, aunque nunca se había asociado con el control de las piernas en humanos. En ese momento, supe que estábamos presenciando un descubrimiento importante para la organización anatómica de las funciones cerebrales”.
De acuerdo con los investigadores, se registró una mejora sostenida en los dos pacientes, y eso sugiere que la estimulación promovió una reorganización de las fibras nerviosas residuales. Sin embargo, reconocieron, la aplicabilidad a una población más amplia dependerá de la replicación de estos resultados en diferentes tipos de lesiones y pacientes.
Otra limitación es que no se ha demostrado la eficacia en personas con lesiones más severas. El enfoque utiliza una tecnología invasiva, lo que podría limitar su aplicación a aquellos que sean aptos para someterse a procedimientos quirúrgicos.
En diálogo con Infobae, Lisandro Olmos, médico y especialista en rehabilitación neurológica, director general de Rehab Center en Luján y del Centro de Rehabilitación Libertador en Buenos Aires, comentó: “Los resultados del estudio publicado en Nature Medicine son interesantes, ya que encontraron que una zona inesperada del cerebro, el hipotálamo lateral, está también asociada con el movimiento”.
Pero con respecto al uso de la estimulación profunda del cerebro en los pacientes fue cauteloso. “Considero que se necesitan más estudios con un mayor número de pacientes con lesiones parciales para demostrar que el uso del procedimiento de la estimulación cerebral profunda combinado con la rehabilitación puede tener eficacia y seguridad. Hasta ahora, no hay evidencias suficientes para trasladarlo a la atención clínica”, enfatizó.
En tanto, Gustavo Sevlever, director de investigación y docencia de Fleni, en Buenos Aires, dijo a Infobae que el grupo de investigadores en Suiza “encontró una región en el hipotálamo lateral en la que unas neuronas que se llaman glutamatérgicas contribuyen a la recuperación de la movilidad después de una lesión incompleta de la médula espinal en un modelo en ratones”.
Luego, hicieron un estudio clínico piloto con dos participantes humanos con lesiones incompletas. Además de la rehabilitación convencional, “utilizaron una técnica de estimulación cerebral profunda sobre esos grupos neuronales sin efectos adversos”, señaló.
Los resultados plantean -según Sevlever- la posibilidad de que “a través de la estimulación de estructuras neuronales que estén vinculadas con el movimiento, los pacientes podrían eventualmente recuperarse más rápido”.