El proceso migratorio al ingresar a Estados Unidos puede generar incertidumbre para muchos viajeros, especialmente cuando son enviados a la temida “inspección secundaria”. Esta instancia, que se lleva a cabo en una habitación comúnmente conocida como “el cuartito”, representa una etapa adicional de control realizada por los agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).
El propósito de este interrogatorio es llevar a cabo un análisis más detallado de los documentos y del propósito del viaje de la persona en cuestión. En este sentido, las autoridades lo realizan cuando tienen dudas sobre las intenciones del viajero.
Al llegar a un aeropuerto, puerto o frontera terrestre en Estados Unidos, el primer contacto con los agentes de CBP ocurre en la inspección primaria. Allí, los oficiales revisan el pasaporte y otros documentos migratorios para determinar si la persona tiene derecho a ingresar al país, según indicó el Proyecto Internacional de Asistencia para Refugiados (IRAP, por sus siglas en inglés) en un comunicado.
En caso de que el oficial de la inspección primaria considere que necesita más información o detecte alguna irregularidad, el viajero será enviado a otra instancia interrogatoria.
La inspección secundaria se lleva a cabo en el “cuartito”, un espacio separado del área principal de llegada. Los viajeros deben esperar en una sala hasta que un agente los atienda. De acuerdo a lo informado también por la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés), es importante tener en cuenta las siguientes características de este procedimiento:
En la etapa del intenso interrogatorio, los agentes de la CBP tiene autoridad para inspeccionar equipaje y dispositivos electrónicos como teléfonos y computadoras. La revisión puede incluir tanto el contenido físico como el digital. Aunque los uniformados no pueden obligar a proporcionar contraseñas, negarse a hacerlo podría retrasar el ingreso o, en el caso de visitantes con visa, generar el riesgo de que se les niegue la entrada.
Cabe destacar que, las autoridades también puede confiscar dispositivos para realizar inspecciones más exhaustivas fuera del sitio, un proceso que podría extenderse hasta 30 días. Durante este tiempo, los agentes podrían acceder a aplicaciones y cuentas asociadas al dispositivo.
Es fundamental que los viajeros conozcan sus derechos durante la inspección secundaria: