Tras su batalla cultural, antiwoke, el presidente Javier Milei lanzó otra medida polémica de política exterior y creó por decreto la figura de «Embajador Comercial Para Inversiones y Desarrollo Estratégico», que no cobrará un sueldo, será «ad honorem», actuará en forma paralela a los embajadores del servicio exterior, pero podrá invocar al Gobierno, al Presidente o al canciller, Gerardo Werthein.
Según pudo saber iProfesional, la nueva norma generó un revuelo en la línea profesional de la Cancillería. «Es darles pasaporte diplomático a corsarios que no se sabe de dónde salen ni para quién hacen negocios, que pueden invocar al canciller. Es una locura», dijo un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores experto en negocios externos.
En los papeles, esos nuevos embajadores designados por Milei promoverán inversiones, alianzas entre empresas de diferentes países, exportaciones e importaciones. Pero que algunos temen que podrían convertirse en lobistas privados, sin sueldo y con pasaporte diplomático.
Embajadores comerciales: cómo surgió la medida adoptada por Javier Milei
El promotor de la medida fue Diego Sucalesca, el director de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional, que quería enviar al exterior a allegados para encontrar oportunidades de negocios y derivó en este decreto.
El decreto lleva el número 43 y se publicó este miércoles en el Boletín Oficial con la firma de Milei y de Werthein. «Es chantismo puro para amigotes del poder», señaló otro diplomático que conoce las relaciones económicas entre los países y que sostiene que deben ser conducidas por funcionarios oficiales habilitados y preparados para eso.
Según se pudo saber este medio, Sucalesca tuvo reuniones privadas en la Casa Rosada con su equipo y con la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, para avanzar en la medida.
En su artículo primero, el decreto 43 señala que se «crea la figura protocolar de Embajador Comercial para Inversiones y Desarrollo Estratégico con el objetivo de promover inversiones estratégicas, fomentar las exportaciones, impulsar los negocios internacionales del país y fortalecer la presencia de la República Argentina en mercados globales».
De ese modo se crearían embajadores paralelos a los funcionarios de carrera de la Cancillería que tienen destinos fijos y cuentan con equipos de comercio exterior en cada embajada y funcionan con alto grado de experiencia y con una excelente coordinación con el Banco Nación y otros organismos.
«Sucalesca tuvo la idea original de mandar a su gente o gente de su agencia al exterior y terminó en este desastre», señaló un diplomático a iProfesional en estricta reserva.
Los nuevos funcionarios no cobrarán un sueldo, trabajarán «ad honorem» y no tendrán rango diplomático ni serán funcionarios del Estado. De ese modo, se los podría nombrar a los intermediarios o traders internacionales para que hagan negocios privados con permiso oficial y pasaporte diplomático. «Llegan a un país piden reuniones, pero en los países no se recibe a cualquiera y todo en nombre de Werthein», señalaron funcionarios con malestar.
Los cuestionamientos de la oposición por la «diplomacia paralela»
Desde la oposición, el ex diputado lavagnista Alejandro «Topo» Rodríguez señalo que «Milei creó una diplomacia paralela con nuevas oportunidades para un puñado de ricos» en un «Estado neo oligárquico». Agregó que, «después de amenazar a los integrantes del Servicio Exterior de la Nación, advirtiéndoles que quienes no adhieran a ‘las ideas de la libertad deberán dar un paso al costado’, el Presidente Javier Milei creó «la figura protocolar de Embajador Comercial para Inversiones y Desarrollo Estratégico».
La instauración de esa verdadera diplomacia paralela, dijo, que «degrada al cuerpo diplomático permanente» establece que «los nuevos embajadores no serán considerados funcionarios ni empleados públicos» y que «su tarea será ad honorem». Precisa que «sus actividades, incluidos viajes, estadías, eventos o cualquier otro concepto serán asumidos íntegramente por los Embajadores Comerciales».
«La lista de ricos que aprovecharán esta oportunidad histórica para expandir sus negocios no ha de ser muy extensa. Así funciona un Estado neo-oligárquico», señaló.
En rigor, el decreto estipula que se asignará a la figura de «embajadores comerciales la categoría de Embajador Extraordinario y Plenipotenciario, en los términos y con el alcance del artículo 6° de la Ley del Servicio Exterior de la Nación N° 20.957″. Ese artículo permite asignar categoría diplomática a personas ajenas al servicio exterior, lo que conunmente se conoce como embajadores políticos.
Cuál será el rol de los embajadores comerciales
El rol protocolar de los Embajadores Comerciales para Inversiones y Desarrollo Estratégico comprenderá promover inversiones estratégicas que generen innovación, empleo y transferencia tecnológica; facilitar la apertura y expansión de mercados internacionales para productos argentinos, y promocionar políticas en foros internacionales, mesas de negociación, eventos empresariales y misiones comerciales estratégicas, fomentando cadenas globales de valor.
Además, podrá promover vínculos entre empresas argentinas y extranjeras para fomentar alianzas estratégicas y proyectos de desarrollo conjunto; ser facilitadores en negociaciones internacionales para proyectos de inversión directa y promover iniciativas multilaterales de negocios.
También podrá generar informes a la Cancillería sobre tendencias internacionales de comercio e inversiones y oportunidades económicas estratégicas, interactuar con todas las embajadas en el exterior, con organismos públicos y privados de comercio exterior, la inversión y los negocios.
Esos embajadores comerciales no representarán a la Nación, según el decreto, ni serán considerados funcionarios ni empleados públicos, no tendrán relación de dependencia, subordinación ni vínculo contractual con la administración pública nacional y su trabajo será «ad honorem».
Tampoco formarán parte licitaciones o compras, ni gestionarán recursos estatales, ni podrán invocar el carácter protocolar asignado para su beneficio particular con el fin de avalar o promover específicamente un bien, producto, servicio o empresa de su titularidad o de un tercero con el que se encuentren vinculados. Es decir, en teoría no podrían hacer lobby para negocios particulares, pero podría haber una delgada línea porque no se le reconoce remuneración oficial.
El reconocimiento como embajador comercial tendrá carácter temporal y no implicará ingreso al Servicio Exterior de la Nación, ni la obtención de rango protocolar permanente, al tiempo que sus actividades tendrán carácter exclusivamente consultivo y no serán vinculantes para el Estado.
Los gastos relacionados con sus actividades, incluidos viajes, estadías, eventos o cualquier otro concepto, serán asumidos íntegramente por los Embajadores Comerciales para Inversiones y Desarrollo Estratégico, sin implicar erogación presupuestaria alguna para el Estado. Según el decreto, se les otorgará a personas de notable trayectoria empresarial en el ámbito privado.