La orden ejecutiva del arancel del 25% que se impondría a los compradores de petróleo venezolano fue anunciada este lunes y entrará en vigor el 2 de abril, pero su aplicación en realidad no será automática. “A partir del 2 de abril de 2025, se podrá imponer un arancel del 25% a todos los productos importados a Estados Unidos desde cualquier país que importe petróleo venezolano, ya sea directamente desde Venezuela o indirectamente a través de terceros”, indica la orden ejecutiva. Es decir, deja abierta una cierta flexibilidad.
Pero al mismo tiempo y como si fuese una paradoja, Estados Unidos ha ampliado a la vez el plazo para que su propia petrolera, Chevron, siga operando en el país. El Departamento del Tesoro dijo el lunes que esperaría siete semanas más, hasta el 27 de mayo, antes de rescindir una licencia que Estados Unidos ha otorgado a Chevron desde 2022 para operar en Venezuela sancionada y exportar su petróleo a Estados Unidos. Se trata de una licencia que se puede seguir extendiendo, a depender del tire y afloje de las negociaciones que se llevan a cabo tras bastidores entre el gobierno de Maduro y la Casa Blanca.
Con respecto a la imposición del 25 de los aranceles, no está aún claro si la medida anunciada por Trump llegará a llevarse a efecto y de qué manera, pues queda a discreción del Secretario de Estado en conjunto con otras autoridades su imposición. Esto porque en la norma se establece que “El Secretario de Estado, en consulta con el Secretario del Tesoro, el Secretario de Comercio, el Secretario de Seguridad Nacional y el Representante Comercial de los Estados Unidos, queda autorizado por la presente a determinar a su discreción si se impondrá el arancel del 25 por ciento a las mercancías de cualquier país que importe petróleo venezolano, directa o indirectamente, a partir del 2 de abril de 2025.”
En otras palabras, la decisión discrecional estará en las manos de Marco Rubio previas conversaciones con el secretario del Tesoro, Scott Bessent, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, y el Representante de Comercio de los Estados Unidos, Jamieson Greer.
Marco Rubio, que representa el halcón más duro con Venezuela, también ya declaró el mismo lunes, en un comunicado remitido por el Departamento de Estado que: “Estados Unidos no tolerará que ningún tercer país o sus empresas petroleras produzcan, extraigan o exporten petróleo y productos relacionados con el petróleo con el régimen de Maduro en Venezuela”. Pero se sabe que la palabra final la tendrá Donald Trump.
El arancel expiraría en un año después de la última importación de petróleo venezolano, o antes si así lo determina el secretario de Comercio. Así lo indica la orden ejecutiva: “Una vez impuesto a un país a discreción del Secretario de Estado, el arancel del 25 por ciento expirará 1 año después de la última fecha en que el país importó petróleo venezolano, o en una fecha anterior si el Secretario de Comercio, en consulta con el Secretario de Estado, el Secretario del Tesoro, el Secretario de Seguridad Nacional y el Representante Comercial de los Estados Unidos, así lo determina a su discreción.” En otras palabras, Rubio lo puede imponer, pero Scott Bessent, secretario de Comercio, lo puede suspender también “a discreción”, un nada extraño juego de funciones.
Lo que sí es claro es que los países que sigan comprando petróleo a Venezuela a partir del 2 de abril se exponen a las represalias de Estados Unidos. La medida centra temporalmente la presión de Trump en los compradores de petróleo venezolano que no sean Estados Unidos, como China. Dicho sea de paso, China ya tiene aranceles similares en curso. Pero otros países se ubican como importantes importadores del petróleo venezolano, como lo es el Estado Español, India, Rusia, Singapur, República Dominicana, Cuba y hasta Malasia que también ha estado importando crudo de Venezuela.
Es importante remarcar que la orden ejecutiva hace referencia únicamente al petróleo y no al gas venezolano. En dicho decreto de Trump se especifica que “El término ´petróleo venezolano´ significa petróleo crudo o productos derivados del petróleo extraídos, refinados o exportados desde Venezuela, independientemente de la nacionalidad de la entidad involucrada en la producción o venta de dicho petróleo crudo o productos derivados del petróleo”.
Las exportaciones de petróleo de Venezuela alcanzaron su máximo en cinco años en febrero, antes de que el gobierno de Trump anunciase que obligaba a Chevron a poner fin a sus actividades en el país antes del 3 de abril. La petrolera estadounidense ha intentado desde entonces ampliar ese plazo y este lunes, poco después del anuncio de Trump, el Departamento del Tesoro anunció su extensión hasta el 27 de mayo.
Pero es importante recalcar que bajo la política de Maduro y su plan privatizador y entreguista, la licencia que tiene Chevron, tiene asociado un esquema de despojo o saqueo, pues no se trataba solo de producir petróleo y exportar, sino que encubiertamente tenía un proceso de privatización. La empresa estadounidense pasaba a tener todo el control de la empresa mixta petrolera donde operaba, dado que PDVSA como tal no lo podía hacer por las sanciones, aumentando su participación en un esquema de hacerse de los activos de las empresas. Chevron ha pasado a “manejar todo” en los esquemas de asociación, y de allí los derechos de las ganancias plenas y todas las rutas de producción y comercialización, con las excepciones de impuestos y nuevos esquemas de pago de regalías.
Hay que rechazar todas estas políticas imperialistas y rechazar categóricamente las sanciones económicas, y ahora con su nueva medida coercitiva de imponer aranceles a los países que importen crudo buscando de imponer una especie de bloqueo al petróleo venezolano. Venezuela tiene el pleno derecho a comerciar su petróleo abiertamente con los países que lo considere necesario, al tiempo que planteamos no a la privatización y que el cien por ciento del petróleo debe pasar a manos estatales bajo el control de los trabajadores.
Denunciamos a toda esa derecha tradicional venezolana que avala, reclama y festeja todas las agresiones imperialistas, como hace María Corina Machado, pero también decimos que hay que enfrentar todas las políticas entreguistas y antiobreras del Gobierno de Maduro. Basta de agresiones imperialistas.