El Gobierno acelera en la búsqueda de dólares por cualquier vía. Hace apenas dos meses, el 11 de abril, el FMI aprobó el crédito por 20 mil millones de dólares para respaldar el plan económico de Javier Milei. Pero no alcanzó.
Aunque el relato del Presidente y de Luis Caputo es que todo está bajo control, porque hay superávit fiscal en pesos, en la práctica no paran de tomar medidas para obtener divisas.
«Es un frenesí, un festival de endeudamiento como sea«, alerta Jorge Carrera, ex director del Banco Central. Y enumera: créditos directos con bancos internacionales (REPO), por 2000 millones de dólares; emisión de Bontes por 1000 millones y anuncio de nuevas colocaciones por ese monto en los próximos meses; emisión de Bopreal para las utilidades y dividendos de empresas extranjeras; eliminación de restricciones a la entrada y salida de capitales especulativos, como hizo el gobierno de Mauricio Macri, también con Caputo como estratega.
«El Gobierno tiene un discurso monetarista, pero en la práctica se comporta con un diagnóstico distinto, asumiendo la centralidad que tiene el dólar en la economía», apunta Hernán Letcher, del CEPA. «Sabe que es el talón de Aquiles del programa«, completa.
Por eso, en las últimas semanas intervino en dólar futuro, flexibilizó medidas para atraer capitales golondrina al carry trade, aumentó encajes a fondos comunes de inversión. «Se llegó a la paradoja hermosa de que el Gobierno tomó el REPO con bancos internacionales a una tasa elevada, de 8,25 por ciento, para alquilar reservas para que el FMI le pueda girar otros 2000 millones de dólares. Se toma deuda para conseguir deuda«.
Esa situación está ocurriendo en el momento de mayor liquidación de exportaciones, por la cosecha gruesa, que encima en esta oportunidad alcanza niveles elevados por la baja de retenciones hasta fin de mes.
El colchón
En la secuencia, el Gobierno intentó con el anuncio de liberar las fuerzas de los dólares no declarados, fugados o en el colchón. Pero por ahora no pasó nada.
«Es propio de una política económica armada por un trader. Caputo tapa parches con más parches. Es dramática la situación que está dejando de endeudamiento. Fueron 45 mil millones de dólares con Macri y ahora más de 20 mil millones con Milei. Es una cantidad enorme que genera grandes condicionamientos y que no parece resistir mucho más», considera Carrera.
Carlos Melconian y Pablo Goldín apuntaron en la misma dirección esta semana en un artículo en La Nación: «De acá a fin de año el tipo de cambio a 1150/1200 está más para subir que para bajar, la chance de que vaya al piso de la banda y se asiente como el valor del dólar es cero», remarcaron. «No puede descartarse que el modelo cambiario que debutó hace apenas dos meses tenga que ser retocado en algún momento futuro, a efectos de evitar ser burlado en su funcionamiento como ocurre ahora. O sea, el partido externo se sigue jugando más allá de los fundamentales e híper necesarios números fiscales», completaron.
¿El modelo va a caer?
La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner advirtió luego de la ratificación de su condena, hostigada y perseguida, lo que muchos creen: que a Milei le pasará lo mismo que a Martínez de Hoz en la dictadura, a Cavallo en el menemismo y con la Alianza y a Caputo con Macri. Es decir, que todo terminará en un desquicio devaluatorio y de crisis enorme.
«Las expectativas en el mercado no son homogéneas, pero que el riesgo país no logre bajar de 650 puntos es una señal contundente«, considera Carrera.
«En 2018 -recuerda- la mitad del mercado se quedó en pesos creyéndole a Caputo que iba a poder manejar la situación y la mitad se fue. Son apuestas que se hacen. Hay parte del mercado que quiere creer».
«La jugada del Gobierno es bajar la inflación y la tasa, bajar el riesgo país, y con eso rolear la deuda. A pesar de lo que digan, tienen claro el problema y buscan alinear incentivos y expectativas. Están abocados a ello y tienen apoyo internacional», agrega Letcher.
El objetivo es sostener el esquema mientras aumentan las exportaciones de hidrocarburos por Vaca Muerta. «Buscan establecer un puente muy largo para garantizar la solvencia del programa. Pero supongamos que lo logran, que les sale bien y tienen financiamiento. ¿Qué Argentina queda después de eso? El 80 por ciento quedará en la pobreza porque no habrá empleo suficiente ni recuperación del salario», enfatiza el economista.
Del rebote a la meseta
La economía real, entre tanto, va perdiendo el impulso del rebote del gato muerto. La durísima caída de actividad en 2024 permite que ahora las estadísticas reflejen valores positivos, pero en la mayoría de las actividades mano de obra intensivas, la recuperación está lejos de ser una V y más bien se van amesetando los números. Todavía no se logró cubrir la pérdida del año pasado.
La principal razón es que los ingresos no levantan. Sigue sin haber plata, aunque los precios aumenten a un ritmo más lento.
«No hay consolidación de la economía real«, indica Carrera.
«El crecimiento económico que vemos está sostenido en actividades extractivas y en algunos sectores de bienes durables, porque el dólar está barato. Pero el aumento de importaciones está masacrando a la industria», concluye Letcher.
Por ahora, lo que crece duro y parejo es la deuda.