Frente a un escenario de creciente inestabilidad, las autoridades económicas decidieron intervenir nuevamente para sostener la desinflación y frenar la tensión en el dólar. El último informe de la Fundación Capital plantea dos escenarios posibles para el resto del año: uno proyecta que el dólar oficial alcance el techo de la banda cambiaria, con un 50% de probabilidad; el otro anticipa una continuidad del proceso de desinflación y estabilidad cambiaria, con un 40% de chances.
Ritmo de deslizamiento y crecimiento económico
¿El escenario más probable, según la consultora?
- Se mantendrá el ritmo actual de deslizamiento del tipo de cambio, con una suba del dólar oficial del 44,6% interanual y una inflación del 29,6% en diciembre
- En contraste, el segundo escenario proyecta una suba anual del tipo de cambio del 32% y una inflación cercana al 26% hacia fin de año.
- En ambas hipótesis, la economía mostraría una expansión cercana al 5% del PBI.
«La reciente volatilidad refuerza la validez de los dos escenarios que venimos planteando para este año», aseveran desde Fundación Capital, e indican que hay un 50% de chances de que el tipo de cambio oficial alcance el límite superior de la banda, mientras que la continuidad del proceso de desinflación tiene una probabilidad del 40%.
Liquidez y volatilidad financiera
El informe advierte que el actual contexto está marcado por una fuerte volatilidad financiera, producto de los movimientos de liquidez y las recientes modificaciones en la política monetaria. Uno de los factores que más peso tuvo en este escenario fue la finalización de las Letras de Financiación (LEFIs), una medida que impactó de lleno en el sistema bancario.
«El bolsón de liquidez provisto por el rescate de las LEFIs de los bancos ($15,5 billones) implicó un exceso de casi $10 billones, equivalente a casi un tercio de la base monetaria presente en ese momento».
Respuesta oficial: intervención y absorción de pesos
El rescate de las LEFIs dejó un excedente de pesos que presionó fuertemente los instrumentos financieros de corto plazo. En operaciones como cauciones, call interbancario y pases, las tasas de interés descendieron del 31% TNA al 17%, y los plazos fijos retrocedieron aproximadamente 300 puntos básicos, quedando entre 29% y 30% TNA.
Ante esta coyuntura, el Gobierno utilizó múltiples instrumentos para absorber exceso de liquidez y controlar las expectativas en torno al tipo de cambio. «No sólo habrían continuado interviniendo en futuros de dólar, sino que también habrían intervenido en el mercado secundario de Lecaps y ofrecieron pases pasivos en varias jornadas, a la vez que lanzaron una licitación de títulos del Tesoro fuera de cronograma», detalla el informe.
En la licitación del 17 de julio, el Tesoro captó $4,7 billones. La letra más corta, a 15 días, ofreció una tasa efectiva mensual del 3,3%, por encima de la inflación proyectada para ese mes (1,9%). Esto representó un cambio respecto a la licitación anterior, donde la letra más corta vencía a los 39 días y pagaba una tasa del 2,8% mensual.
Nuevos instrumentos y tensiones en el mercado
El Banco Central también intervino mediante pases pasivos con una tasa promedio del 35,1% TNA (2,9% TEM), logrando absorber otros $3,5 billones. Asimismo, se incrementaron los encajes para los fondos money market y las cauciones bursátiles, lo que provocó mayor volatilidad en las tasas de interés. Más allá de estas medidas, Fundación Capital señala que el sistema financiero no cuenta con un exceso de liquidez.
«Los préstamos al sector privado ($75 billones) representan el 80% de los depósitos del sector privado ($95 billones), porcentaje que se ha duplicado respecto de cuando asumió la nueva administración económica», advierte el informe.
Factores externos e internos que suman presión
El análisis también menciona factores externos que impactaron en la dinámica cambiaria durante julio, como el fallo adverso de la jueza Loretta Preska en el caso YPF en Nueva York y un informe de JP Morgan que recomendó desarmar posiciones de carry trade.
En el plano local, la cuenta corriente cambiaria proyecta un déficit de alrededor del 2% del PBI para 2025, representa a unos u$s15.000 millones. Pese a que este déficit es similar al de otros países de la región, implica un cambio significativo respecto al superávit de u$s1.700 millones registrado en 2024. Asimismo, su financiamiento proviene mayormente de dólares financieros y no de inversión extranjera directa.
En materia fiscal, el informe advierte sobre las presiones generadas por leyes recientes aprobadas en el Congreso, incluyendo incrementos jubilatorios, la ampliación del bono para haberes bajos, la moratoria previsional y la ley de emergencia por discapacidad. Y más allá de que el Gobierno adelantó que podría vetar algunas de estas normas, el impacto fiscal estimado ronda los dos puntos del PBI, lo que pone en duda la sostenibilidad del equilibrio fiscal logrado.
Bonos, dudas, reservas, cepo parcial y confianza en el régimen cambiario
Otro factor de incertidumbre es la suspensión en la colocación de los Bonte 2030. Tras dos emisiones por u$s1.500 millones, el Tesoro no volvió a ofrecer estos instrumentos. A eso se suma el pobre desempeño de dichos títulos en el mercado secundario: una caída del 3% en la primera emisión y del 8,1% en la segunda, lo que limita la posibilidad de captar divisas en el corto plazo.
Pese al escenario de volatilidad, la consultora descarta una corrida cambiaria inminente.
«En el marco de la salida parcial del cepo, no hay posibilidad de corrida. Esto surge del análisis de la oferta y demanda potencial de dólares», señala.
Aunque las reservas brutas superan los u$s40.000 millones, se deben descontar unos u$s13.000 millones correspondientes al swap con China y otros u$s14.000 millones en encajes de depósitos en dólares. Aun así, el stock neto disponible ronda los u$s13.000 millones, considerado suficiente para atender la demanda.
En ese contexto, el régimen de bandas cambiarias cobra un papel fundamental. Según el informe, «cuanto más cerca del techo de la banda, si el mercado tiene confianza en la misma, debería tender a posicionarse en pesos, lo que haría que aparezca cierta oferta y no se perfore el límite superior», sostiene el informe.
Compras del Tesoro y expectativa de desembolsos
Sin embargo, la proximidad del calendario electoral podría impulsar una mayor dolarización de carteras, en particular al concluir el lapso de mayor ingreso de divisas del agro. Por eso, el ritmo de acumulación de reservas se vuelve clave para sostener la estabilidad. Conforme la Fundación Capital, el Tesoro volvió a realizar compras dentro de la banda cambiaria, acumulando u$s1.000 millones la semana pasada.
«Si bien las reservas internacionales netas todavía se encuentran lejos de la meta del Fondo Monetario Internacional, estas compras y el cambio de actitud respecto a lo expresado en mayo muestran el retorno al camino de posible acumulación de reservas», señaló. Esta estrategia se alinea con la expectativa de obtener un desembolso de u$2.000 millones por parte del FMI en julio y otro de u$s1.000 millones en noviembre.