Alejandra “Locomotora” Oliveras atraviesa un momento delicado y lucha por su vida. La exboxeadora, de 47 años, fue operada tras sufrir un ACV y permanece internada en terapia intensiva. Su situación genera una enorme preocupación entre sus seguidores, colegas y familiares.
Mientras se espera su evolución, muchos recuerdan con admiración la historia de vida de quien supo consagrarse como campeona mundial de boxeo en cinco categorías distintas.
Una infancia entre cosechas y sacrificios
La historia de Alejandra Oliveras comienza en Alejandro Roca, un pequeño pueblo del sur cordobés, donde la vida giraba en torno al trabajo rural y las necesidades básicas. Hija de un camionero y criada en una familia humilde, Alejandra creció entre cosechas de maní, maíz, girasol y soja, aprendiendo desde chica el valor del esfuerzo.
“Comíamos una sola vez al día y había que trabajar. Nos íbamos al campo con mi papá, que nos enseñó que el trabajo era lo único que teníamos”, recordó en una entrevista con La Nación. Las jornadas arrancaban al amanecer, entre heladas y maquinaria antigua, cargando pesadas bolsas de maní y bajándolas con sogas por un tobogán improvisado.
“El campo me enseñó todo: esfuerzo, respeto por la naturaleza, y que el trabajo es la base para soñar con una vida mejor”, dijo con orgullo.
Entre los pocos lujos de su niñez destaca su primera bicicleta, un regalo fruto de la cosecha y que cuidaba «como si fuera un Mercedes 0km». Para Oliveras, el campo fue más que un escenario de necesidades: fue la escuela de la vida.
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Su primer gran golpe
Alejandra fue víctima de violencia de género desde los 14 años. Aprendió a entrenar sola mientras criaba a su hijo, hasta que un día se animó a defenderse de quién era su pareja y a escapar de esa vida. “Cerré el puño y le di con toda la fuerza que tenía. Agarré a mi bebé y me fui. No volví nunca más”, recordó.
De una pelea callejera al sueño de ser campeona
Su primer contacto con el boxeo fue tan inesperado como revelador. A los 20 años, ya madre de dos hijos, participó de una pelea improvisada en una plaza de su pueblo, motivada por una apuesta radial y la noticia de que Mike Tyson había salido de prisión.
“Éramos dos mujeres sin experiencia, el árbitro era el carnicero del pueblo, y el público era todo el pueblo. Nos dimos rodillazos, patadas, de todo. Pero yo gané”, cuentó entre risas en una entrevista con TN.
Esa noche algo cambió en ella. Sintió una adrenalina única y decidió que quería ser boxeadora. Fue entonces que buscó un gimnasio en Adelia María, a varios kilómetros de su casa, y comenzó a entrenar con Carlos San Miguel, su primer entrenador.
Todos los días recorría caminos de tierra en una pequeña moto, compartiendo espacio con varones que a veces se “pasaban de mano” en los entrenamientos. “Volvía con el ojo hinchado y mi mamá se enojaba. Me decía ‘¿para qué vas si te viven cagando a palos?’”, recuerdó.
Pero nada la detuvo. La Locomotora siguió entrenando, enfrentando prejuicios, dolor y carencias, hasta cumplir su sueño. “Antes de que mi mamá muriera, yo salí campeona del mundo”, dijo con emoción.
Una traición que marcó su vida para siempre
No todo en la historia de la Locomotora está teñido de lucha y superación. Alejandra también carga con una de las heridas más profundas de su vida: la traición de su propia hermana, quien mantuvo una relación con su pareja de entonces, también boxeador. “No quiero nombrarla porque no quiero perjudicarla, pero fue algo muy doloroso”, relató en otra nota con TN.
La situación dejó una huella que nunca terminó de sanar. “Mi mamá siempre nos quería juntas. Cuando falleció, la abracé al lado del cajón, pero la relación con mi hermana nunca volvió a ser la misma. Hoy es un ‘hola y chau’”, confesó. Esa traición, sumada a otras adversidades, se transformó en una de las tantas batallas emocionales que enfrentó fuera del ring.
Todos los títulos de la Locomotora Olivera
En su carrera como boxeadora profesional cosechó 33 peleas ganadas, 3 derrotas y 2 empates, y obtuvo 6 títulos mundiales en diferentes categorías de peso, incluyendo supergallo, ligero, pluma y superligero, reconocidos por el CMB, AMB y OMB.
Fue reconocida por el Libro Guinness de los Récords como la única boxeadora en lograr cuatro títulos mundiales en distintas divisiones. El primero fue ante Nava (Súper Gallo CMB en 2006), el siguiente fue en la categoría ligero (contra Liliana Palmera por el cinturón AMB en 2011) luego en 2012, superó a Villafranca por el peso pluma OMB. El último fue tras vencer a Florez en la categoría superligero CMB en 2013.
Su última pelea profesional fue el 8 de abril de 2017.
BP