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Reconstruir el suelo y acortar las brechas, desafíos para la campaña próxima

Con márgenes ajustados y un escenario climático todavía incierto, los desafíos agronómicos de cara a la campaña 2025/26 cobran mayor relevancia. En este contexto, mejorar la eficiencia productiva se vuelve indispensable para sostener la rentabilidad. Por eso, cerrar la brecha de rendimiento en soja y maíz, recuperar la salud del suelo y ajustar las estrategias de densidad, fertilización y control de plagas fueron algunos de los ejes que se debatieron en una jornada técnica que reunió a más de 400 productores y asesores.

El encuentro fue organizado en conjunto por CREA Región Sur de Santa Fe y la Estación Experimental INTA Marcos Juárez, y permitió profundizar el análisis de campaña elaborado por las mesas técnicas de CREA con las herramientas y ensayos desarrollados por especialistas del INTA. A lo largo de la JAT (Jornada a Campo), se abordaron los principales desafíos que enfrentan los cultivos en la región núcleo, “con foco en la mejora productiva y la sustentabilidad en un contexto de creciente complejidad agronómica y económica”, explicaron los organizadores.

Bajo el lema “Recalculando rindes, qué nos dejó la campaña y hacia dónde vamos, se presentaron resultados técnicos a cargo de los ingenieros María José Dickie, Gabriel Magnabosco, Pablo Belluccini, Emilia Balbi y los doctores Fernando Salvagiotti y Guido Di Mauro.

La convocatoria giró en torno a compartir información regional usando la base de datos “DAT” de CREA a nivel nacional, que recoge y sistematiza datos anuales sobre manejo y ambiente en planillas estandarizadas. Según los especialistas, la brecha entre los rindes alcanzados y los potenciales sigue siendo amplia, tanto en soja como en maíz, y las razones son múltiples.

Los especialistas explicaron que esa brecha responde a la imposibilidad de implementar el manejo ideal a nivel de lote por cuestiones logísticas y operativas. A eso se suma una historia de malas prácticas. Como señaló Gabriel Magnabosco: “Todas estas brechas también se explican por los malos manejos y manejos extractivos que se hicieron en la región”.

En ese marco, una de las principales recomendaciones fue comenzar por reconstruir el suelo . “Es importante mantener el suelo con cultivos, el suelo desnudo tiene un montón de implicancias negativas, una es la degradación química, la no ganancia de carbono y la no reposición de nutrientes. Hacer un barbecho teniendo agua en el perfil no es hoy lo mejor para el suelo”, remarcó Fernando Salvagiotti (INTA Oliveros).

En la misma línea, Horacio Videla Mensegue (INTA Laboulaye) agregó: “Es importante interpretar el sistema que conforman el suelo, las plantas y la atmósfera. Las funciones del suelo para la protección de la biomasa vegetal dependen de cuatro variables: abastecimiento de calor y oxígeno, abastecimiento de nutrientes y regulación de elementos tóxicos, espacio libre para las raíces y abastecimiento de agua” .

Sobre rendimiento y genética, Di Mauro presentó ensayos de soja que mostraron resultados que fueron de los 2000 a los 6000 kilos por hectárea , y destacó que “se determinaron qué variedades funcionaron mejor y cuáles se adaptaron mejor a lotes de alta productividad y de baja productividad” .

El módulo de maíz estuvo a cargo de los ingenieros Agustín Fernández Roger, Horacio Videla Mensegue, Juan Osuna, Emilia Inés Balbi, Santiago Álvarez Prado y Enrique Alberione. En este caso, se remarcó la importancia de considerar la variabilidad ambiental para definir estrategias de manejo más precisas.

Jornada en Marcos JuarezCREA

Según remarcaron, Las principales variables ambientales que favorecen el rendimiento en maíz son la lluvia y la presencia de napa freática , mientras que entre las variables de manejo se destacaron la densidad de plantas y la disponibilidad de nitrógeno. A partir del rinde esperado, es posible ajustar densidad y necesidades nutricionales. Además, los técnicos recomendaron cubrir adecuadamente los requerimientos de fósforo (P), azufre (S) y micronutrientes como zinc (Zn) y boro (B) para optimizar el uso de recursos.

Durante su intervención, Balbi se refirió al el panorama sanitario de la campaña pasada y advirtió sobre la necesidad de un enfoque de manejo más preciso y monitoreado. “En soja, en la campaña pasada hubo mucho lepidóptero, Rachiplusia nu, con poblaciones elevadas de Anticarsia gemmatalis en soja de segunda. También vimos mucho chinche verde por arriba del umbral de la plaga”, señaló.

En maíz, detalló que aunque la chicharrita sigue siendo una preocupación, se observa una fuerte disminución en sus poblaciones debido a las bajas temperaturas del invierno pasado. Balbi explicó que “para controlar esta plaga hay químicos y biológicos, y en países como Brasil se usa una combinación de ambos”. Y aconsejó: “La recomendación es monitorear, no hacer aplicaciones preventivas y sí controlar el maíz guacho que le sirve de hospedante a la plaga”.

La jornada finalizó con el módulo de márgenes y mercados, a cargo de Pablo Bressa y Paulina Lescano. Ambos analizaron los números de la última campaña, tanto para cultivos de grano fino como grueso, y advirtieron que los márgenes siguen siendo muy ajustados .

Recomendaron aprovechar las oportunidades de mercado cuando los precios de los granos sean favorables para vender y cerrar el negocio, y no esperar precios muy altos que podrían no llegar.

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