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Dramático accidente casero de un famoso cocinero: «Casi desnudo, quedé en el piso entre vidrios rotos, jugo de limón y sangre»

Los accidentes caseros suelen ser los peores: agarran a la gente desprevenida y sin preparación alguna para atenderlos y resolver. Suceden, completamente de la nada, cuando menos se los espera. Y hay que actuar sobre la marcha. Hacer lo que se pueda en medio de la sorpresa, el estupor, muchas veces el dolor y casi siempre la desesperación. Sus consecuencias pueden ser menores o graves, y su paso por la vida de la gente puede dejar una simple anécdota, un recuerdo hasta simpático, heridas, cicatrices y hasta el filoso coqueteo con la tragedia.

Algo de todo eso le sucedió en las últimas horas al chef Pedro Lambertini, un cocinero de amplia y rica trayectoria tanto en la industria gastronómica como en los medios de comunicación, ya sea en la tele o en las redes sociales, donde sus intervenciones (y sobre todo sus recetas simples y prácticas) suelen ser recibidas con beneplácito y fervor por sus miles de seguidores.

Su última aparición en Twitter, en cambio, no fue para explicar una mezcla, contar cuánta cocción necesita una carne a las brasas o qué cantidad de gotitas de esencia de vainilla ponerle al dulce de leche «fatto in casa». No: describió con lujo de detalles un drama que vivió en su propio domicilio. Aquí el relato: «Cuestión que, después de una semana de comer harinas y azúcar como si no hubiera un mañana, ayer se me ocurrió arrancar la dieta keto, así porque sí, a ver qué pasaba con mi cuerpo. Almorcé un bife de dudoso estado y dos huevos. A la noche fui a entrenar —ya en el gimnasio me sentía raro— y cené las doce claras que me habían sobrado del tiramisú de mi hermana» arrancó.

«Me tomé un analgésico para la panza y me fui a dormir, sintiéndome no muy bien, pero con la esperanza de levantarme mejor. Dormité mal, y cuando el vómito ya era inminente, me levanté a la cocina a exprimirme dos limones —no tolero la sensación de vomitar; aunque sé que es sano, trato de retrasarla al máximo porque siento que me voy a morir o ahogar en mi propio vómito. Con el jugo de limón ya en el vaso, voy al baño dispuesto a resolver definitivamente la cuestión, cuando me mareo, me resbalo, me doy la frente contra el ángulo del vanitory y caigo de cola (todavía no entiendo cómo logré lastimarme dos extremos opuestos del cuerpo)» siguió «Lamber».

DRAMATICO ACCIDENTE CASERO DE FAMOSO COCINERO DE LA TELE Y LAS REDES

Posteriormente, Lambertini contó que «Eran las seis de la mañana. Casi desnudo, quedo tendido en el piso frío, entre vidrios rotos, jugo de limón y algo de sangre. Hasta ese momento, lo que más me dolía era la nalga derecha. No tenía idea de que me había golpeado la cabeza hasta que veo sangre en la mano, me toco la frente y siento un tajo bastante profundo. Cuando me doy cuenta de que seguía consciente, gateo hasta el celular y llamo a la ambulancia y a EP (en ese orden), que llegaron al mismo tiempo».

«Resumo el final: me llevaron al CEMIC, pese a que había pedido que me transfirieran al Alemán (ya desarrollaré este punto en profundidad). Me dieron tres puntos y me hicieron los análisis correspondientes, que salieron todos bien, salvo algunas cuestiones laterales que encontraron, no vinculadas al traumatismo: una tercera y hasta entonces desconocida hernia de disco en C6, y una sinusitis incipiente. En diez días me sacarán los puntos y me recetarán cremas cicatrizantes. Esto, comiendo medialunas, no me pasaba» cerró Lambertini con una sonrisa, porque así pueden terminar los accidentes caseros. En un drama, en una herida, o en esas dos cosas más una mueca más serena.

ASI QUEDO EL ROSTRO DE LAMBERTINI. QUE SUSTO.
PARA BAJAR LA INFLAMACION QUE LE QUEDO EN LA FRENTE, LAMBERTINI SOSTUVO HIELO CON UN BARBIJO.

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