La inflación de noviembre en 2,4%, y la posterior ratificación del ministro de Economía, Luis Caputo, de que la reducción del crawling del 2% mensual a 1% está cada vez más cerca, generó la percepción de que el Banco Central iba a bajar la tasa monetaria en el corto plazo.
Sin embargo, con el salto del dólar blue que superó los $1.200 y la escalada esta semana de las divisas financieras, los analistas estiman que la reducción de la tasa monetaria esperará un poco. En tanto, desechan la posibilidad de una suba de la tasa si se profundiza el alza de los dólares libres.
Previo al reciente repunte de los dólares paralelos, algunos expertos especulaban que una nueva baja de tasa podía concretarse entre fines de diciembre y principios de enero si los datos de alta frecuencia de inflación de este mes ya mostraban que venía bien, repitiendo el modus operandi de la vez anterior.
Y es que la última vez que el BCRA bajó la tasa monetaria fue el 6 de diciembre, varios días antes de conocerse la inflación de noviembre y con los dólares paralelos planchados. En ese momento, la redujo de 35% anual a 32% anual, y a la vez los bancos ajustaron el rendimiento del plazo fijo a 30 días.
Las entidades bancarias más grandes ofrecen actualmente una rentabilidad de entre 27% y 30% anual, lo que equivale a entre 2,3% y 2,4% mensual, lo que está en línea con la inflación de noviembre. En cambio, los dólares libres escalan hasta 8% en los primeros 18 días del mes.
Un punto clave: si bien la tasa de política monetaria ya no es la que regula el rendimiento del plazo fijo, es una referencia importante para los bancos, dado que es la que determina la rentabilidad de las Letras Fiscales de Liquidez (LEFIs) que pueden suscribir las entidades bancarias. De hecho, tras el último recorte de la tasa monetaria a principios de mes, las instituciones financieras también bajaron la tasa del plazo fijo en similar proporción.
¿El Banco Central subirá la tasa si se acentúa escalada de los dólares?
La mayoría de los expertos desestimó la posibilidad de que el BCRA pueda subir la tasa monetaria en caso de que se acentúe la tendencia alcista de los dólares paralelos, ya que alegan que la entidad monetaria optará por intervenir en el mercado para mantenerlos contenidos.
De hecho, el analista financiero Christian Buteler aseguró que el BCRA «salió a intervenir fuerte» para bajar el valor del CCL y el MEP. El CCL durante la rueda llegó estar en $1.186 y el MEP en $1.164, pero tras la intervención oficial finalmente cerraron en $1.163,48 y $1.131,22, respectivamente.
En ese marco, Buteler remarcó que «no veo al BCRA subiendo la tasa, cuando la brecha estuvo en 60% no la movió hacia arriba». Y alegó que «la tasa va más en relación con la política inflacionaria, que a utilizarla para controlar el dólar».
En sintonía, Nery Persichini, estratega de GMA Capital, sostuvo que «después del dato de inflación de noviembre, entiendo que la decisión de política monetaria está más relacionada con el timing de la baja del crawl que con la dinámica del dólar financiero».
«En el corto plazo, las intervenciones son la herramienta con la que el BCRA cuenta para aplacar el precio de mercado de la divisa. Estimamos que tendría un poder de fuego superior a los u$s 2.300 millones para esterilizar los pesos emitidos para engrosar reservas desde abril pasado», indicó.
Por su parte, Javier Casabal, estratega de renta fija de Adcap Grupo Financiero, comentó que «dudo mucho que haya una suba de tasas del lado del BCRA«, y dijo que «en todo caso, me imagino más secando la plaza a través de licitaciones, vía Tesoro y convalidando tasas más altas en títulos».
En cambio, Fernando Baer, economista jefe de Quantum Finanzas, señaló que «si la escalada de los dólares sigue, no descarto un reajuste de la tasa que podría más que compensar la baja reciente (500 puntos básicos, por ejemplo)».
A su vez, Maximiliano Ramírez, socio de Lambda Consultores, vinculó la suba de los dólares financieros, no solo al efecto aguinaldo y vacaciones, «sino que viene muy de la mano de lo que está pasando en Brasil: la devaluación del real empieza a generar cierto ruido». Por eso, planteó que «hay que ver si esto continúa o no, porque si contínúa, ya se reduce la dinámica del carry trade, y habrá que ver en ese caso si el BCRA va a seguir manteniendo esta tasa o subirla un poco para alentar que la cartera en pesos no se vaya a dólar, o si va a intervenir más en los dólares».
¿Cuándo prevén una baja de la tasa de interés?
Para algunos expertos, el Banco Central podría reducir la tasa nuevamente a mediados de enero, luego de que se conozca el dato de inflación de diciembre que el INDEC difundirá el día 14 de ese mes, en caso de que se evidencie que se mantiene en niveles similares a los de octubre y noviembre. Otra parte de la City anticipa que será más adelante, porque creen que la inflación de diciembre estará más cerca del 3%.
Además, algunos especialistas plantean que la baja de tasas ocurrirá luego de que el BCRA reduzca el crawling. En ese sentido, Luis Caputo aseveró el martes en una entrevista radial que «si la inflación de diciembre baja o se mantiene respecto de los niveles de octubre y noviembre, lo más probable es que bajemos el crawling al 1% a mediados de enero o principios de febrero».
La economista Natalia Motyl estimó que «el recorte en la tasa de interés probablemente se produzca después de la baja del ritmo del crawling peg» ya que «aún persiste cierta incertidumbre en torno al tipo de cambio y su nivel de atraso, en particular frente a devaluaciones regionales, como las ocurridas recientemente en Brasil, que no favorecen el contexto actual». Al respecto, proyectó que «el descenso del ritmo del crawling peg podría iniciarse hacia febrero o, en el mejor de los casos, en la segunda quincena de enero».
«En un contexto donde los pesos escasean y la política monetaria está bien calibrada, una reducción de la tasa de interés no generará riesgos en el mercado cambiario. Por el contrario, esta medida, junto con la baja del riesgo país y las desregulaciones económicas en marcha, será fundamental para reactivar la actividad económica», enfatizó.
De igual mirada, Persichini juzgó que «el Gobierno enfatizó que el crawl es una fuente de inercia de la inflación, por lo que creo que esa sería la primera variable a relajar, y la dinámica de la tasa debería acompañar».
«Ahora bien, el reacomodamiento del dólar financiero pone de manifiesto los riesgos del carry trade. Hay que esperar en qué nivel se estabiliza. Pero nada cambió en lo fundamental para la macro de Argentina, salvo el deterioro del tipo de cambio real por la depreciación del real brasileño», aseguró.
Con igual lectura, Juan Pedro Mazza, Estratega Senior de Renta Fija en Cohen SA, manifestó que «no creemos que el BCRA vuelva a recortar la tasa hasta haber reducido el ritmo del crawling; de lo contrario, el carry trade se pone en amenaza».
Ramírez aseguró que «en el actual contexto de aumento en la demanda de dólares, sería un poco riesgoso una nueva baja de tasas». Y coincidió: «Primero deberían bajar el crawling, y luego la tasa, porque sino se va la posibilidad de hacer carry trade».
Baer también cree que el BCRA «va a esperar algo más sobre todo por lo que está pasando en Brasil. No veo factible por ahora una baja de la tasa«.
La inflación, dato clave para Luis Caputo mercado
Andrés Reschini, analista de F2 Soluciones Financieras, consideró que «lo que haga el BCRA con la tasa va a depender más de lo que pase con la inflación que con el crawl y eso será más cerca del dato de diciembre».
«Si el BCRA tiene evidencia de que la inflación está bajando otro poco va a acompañar con la tasa. Los dólares alternativos sí importan, pero en la medida en que se trasladen a precios o haya un sell off de deuda soberana en pesos, o algún desmadre de ese tipo, algo que por el momento no parece estar cera. De hecho los bonos en moneda extranjera siguen subiendo», fundamentó.
En sintonía, Felix Marenco, Financial Advisor de Cocos Capital, afirmó que «la decisión probablemente dependerá del nuevo dato de inflación: si se confirma una tendencia a la baja, podría abrirse el espacio para reducir la tasa, siempre en conjunto con el ajuste del ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial». Y subrayó que «esto permitiría coordinar la política monetaria con la cambiaria, evitando desalineaciones que puedan afectar la estabilidad macroeconómica».
Sin embargo, advirtió: «Una baja de tasas no está exenta de riesgos. En enero, cuando la demanda de dinero cae estacionalmente, una mayor cantidad de pesos en la economía podría presionar al dólar y generar tensiones inflacionarias. Por eso, cualquier decisión deberá ser cuidadosamente calibrada para no comprometer el equilibrio de las variables clave».
Para Pablo Repetto, jefe de Research de Aurum Valores, «no sería adecuado que la bajen en enero porque es probable que la inflación de diciembre sea mayor a la de noviembre por cuestiones estacionales». El economista Camilo Tiscornia, de C&T, concordó: «No creo que baje la inflación hasta febrero,por lo cual no preevo que pasa nada con la tasa hasta entonces».
De igual mirada, el economista Federico Glustein proyectó que el recorte de tasas «podría darse más adelante, cuando se confirme la baja de inflación por debajo del 2%» .
«No veo a la inflación bajando en diciembre y con la escalada de divisas no creo que pueda bajar la tasa a 30% como se esperaba. Eso podria darse hacia fines del primer trimestre», auguró. Y piensa que el BCRA «primero bajará la tasa y luego el crawling».
Casabal planteó que «la última baja de tasas ya se hizo con bastante cautela, para las próximas recortes de tasas necesitamos ver que se confirman datos de inflación todavía más abajo que los niveles actuales».
«Cuando se haga la baja del crawling al 1%, el mercado va a pedir menos tasa. Deberiamos ir teniendo un par de licitaciones en esa línea, yendo el mercado a asegurar tasas fijas con una demanda bastante fuerte. Si se da eso, como pasó hace no demasiado que las tasas de las LECAPs fueron por debajo de las LEFIs, recién ahí podríamos empezar a pensar en una nueva baja de tasa monetaria», juzgó.
¿De cuánto podría ser el nuevo recorte de la tasa?
El analista financiero Gustavo Ber prevé que «en la medida que se estabilice el reacomodamiento reciente en los dólares financieros y libre, así como continúen las positivas señales en el proceso de desinflación, y aflojen las presiones externas (Brasil, soja), creo que el BCRA podría volver a bajar la tasa».
«De cumplirse dichas condiciones, la próxima reducción de tasa podría ser hacia febrero a un nivel de entre el 28% y el 30% anual», vaticinó. Y acotó que «dicho descenso en la tasa podría llegar junto a la reducción del ritmo del crawling-peg hacia el 1% también hacia febrero».
Motyl proyectó «una reducción de la tasa hacia un 30% efectivo anual inicialmente, generando un rendimiento del 2,5% mensual; luego, en un escenario optimista, podría continuar su descenso gradual hasta alcanzar el 20% efectivo anual a partir del segundo trimestre del próximo año«.
Adrián Yarde Buller, director de Facimex Valores, en una charla virtual evaluó que «la baja del crawling y la consolidación del proceso de desinflación van a crear el espacio para que haya una nueva baja de la tasa de interés, posiblemente una baja de 300 puntos básicos en enero».
Por su parte, Repetto estimó que «si la inflación sorprendiera con un resultado positivo y fuera más baja que en noviembre, podría haber un recorte en enero de 5 puntos; salvo que decidan bajar antes de fin de año la tasa y al mismo tiempo ajustar el crawl antes, ya desde enero, arriesgándose a que la brecha se amplíe más sabiendo que cuentan con espacio para intervenir con los dólares comprados que no usaron todavía».