En un emotivo diálogo con Susana Giménez, Pampita asumió el protagonismo de una noche de revelaciones en la televisión argentina. La expectante entrevista tuvo su punto álgido cuando Pampita relató los difíciles momentos que vivió tras su separación de Roberto García Moritán, el padre de su hija Ana, ofreciendo un conmovedor testimonio sobre los días oscuros que enfrentó.
La modelo, conocida por su carisma y profesionalismo, se sinceró por primera vez sobre un proceso emocional que no había expuesto del todo públicamente. En el acogedor ambiente del living de Susana, Pampita narró con detalles íntimos cómo los días posteriores a la separación parecían una montaña inabarcable de emociones.
«Obvio que hago el duelo. La primera semana separada no podía respirar, no podía comer, no podía dormir. No me podía mover de la cama. Suspendí todos los trabajos. Ya la segunda semana tuve que salir a trabajar», confesó con total sinceridad la modelo en el living de Susana.
El delicado tema del duelo sentimental fue abordado sin titubeos. Pampita describió la intensa carga física y emocional que provocó en ella dicha ruptura, a quien acostumbramos a ver siempre radiante en sus compromisos públicos.
«Tenía contratos desde hacía meses, había deudas que pagar. Me tuve que levantar como sea y seguir trabajando porque son compromisos de un montón de tiempo y marcas con las que tengo que ir y poner la mejor cara. Pasé semanas sin dormir y salí a trabajar igual. Enfrentar a la prensa todos los días, que tal vez no estás en tu mejor versión«, expresó.
La conversación giró hacia un tono más positivo cuando Susana, con su estilo espontáneo y directo, le preguntó sobre rumores de una nueva relación. Pampita optó por la diplomacia y sonrió, insinuando que estaba «conociendo a alguien», sin confirmar ni desmentir nada.
La anfitriona, aprovechando el clima ligero, bromeó sobre los posibles romances de la modelo, pero Pampita se negó a alimentar las especulaciones. Para finalizar, Pampita expresó con gratitud las lecciones aprendidas durante el proceso de duelo que la potencian a seguir adelante, siempre con su hija Ana en mente como su mayor razón para levantarse día tras día.